martes, 10 de mayo de 2016

Lota y su Economía Actual

La comuna de Lota apuesta por la explotación del turismo: las visitas a la mina y al museo histórico (Corporación Baldomero Lillo), la pesca artesanal, labores forestales y artesanía presente en algunos lugareños. El terremoto de 2010 causó grandes pérdidas patrimoniales e inmobiliarias, las cuales hasta hoy acaparan los escasos recursos de la comuna.

El alcalde de Lota plantea la necesidad de crear estrategias estatales que potencien el desarrollo económico de la ciudad. Él indica que cuando imperan modelos económicos de mercado se dan situaciones en que una ciudad presenta un gran atractivo industrial y la otra termina por quedarse en el camino, como en la caso de Coronel y Lota.

Teatro de Lota
Esta sustentación base del turismo parace tener un futuro prometedor, pero Lota es una comuna bastante pobre, con una gran tasa de desempleo y cesantía, donde la gente claramente carece de algunas necesidades básicas, aunque constantemente se incita a la gente a mejorar Lota, además, los habitantes han demostrado arraigo a su tierra y un sentimiento de pertenencia al luchar por los patrimonios culturales  que poseen ubicados a lo largo de la ciudad, como el Teatro de los mineros, la mantencion del Museo Histórico Nacional de Lota, la mina El Chiflón del Diablo, etc. 


Paisaje de Lota

El Fin de la Actividad Minera


Manifestaciones de los mineros
A fines de la década de los 40 se comenzó a sentir una crisis carbonífera luego del fin de la Segunda Guerra Mundial que se extendería por todos los años restantes del funcionamiento de las minas lotinas. Esta baja demanda tuvo su punto más alto en la década de los 80, en donde mientras una tonelada del material tenía un costo de 98 dólares en la empresa lotina, en el extranjero alcanzaba el precio de 45 dólares aproximadamente, lo cual desencadena una serie de despidos que causan revuelo entre los trabajadores.

Los presidentes de la época inician un Plan de Reconversión, intentando anticipar las consecuencias de la baja demanda del carbón
, en el que los mineros podían aprender un distinto oficio del sector comercial. Este Plan falla debido a que los capacitadores de los mineros no accedieron a instruirlos en actividades que demandaba el mercado.

La secuencia de despidos se siente el 17 de mayo de 1996 (96 trabajadores despedidos, según el gobierno, por incumplimientos labores, pero según los mineros, para acelerar el cierre de la mina), que desencadena un fuerte movimiento social, comenzando con la paralización del Pique Nuevo Carlos y finalizando con diversas manifestaciones en Santiago. 

Noticia de manifestaciones


Los mineros y sus familias se sienten traicionados por sus propios dirigentes, pero nada se pudo hacer. Se abandona la paralización, entregando el Pique el día 26 de julio y finalmente, en agosto se despiden a los 426 mineros. Luego de nuevas manifestaciones, el 16 de abril de 1997, el gobierno comunica el cierre definitivo de las Minas de Lota.

Teatro del Sindicato N°6



Mural en la fachada principal del teatro

Ubicado frente a la Plaza de Armas de Lota, el teatro fue construido entre 1954 y 1957 con la ayuda del diputado y arquitecto comunista Sergio González, y estudiantes de la facultad de arquitectura de la Universidad de Chile. Financiado por los miembros del Sindicato Nº 6 de los mineros de Lota, fue creado como un espacio que pudiera proyectar y fortalecer la organización, y no como una sede sindical más, logrando dar forma a un edificio de más de 3000m2.
En la fachada principal el artista Julio Escármez realizó un gran mural de 7 metros de ancho por 9 de largo, dandole identidad a la estructura.

El recinto reunió a los mineros en grandes asambleas, actos, y congresos internacionales junto con grandes artistas y personajes, como Pablo Neruda, Violeta Parra, Salvador Allende, y Patricio Manns, entre otros, pero la baja producción de carbón produjo despidos masivos, lo que hizo imposible que el lugar se terminara de construir por mano de los trabajadores, aunque estos no olvidaron nunca su gran obra y orgullo e hicieron lo posible por mantenerla. Finalmente, el golpe militar acabó con la posibilidad de la terminación total del reciento, ya que el Sindicato había concretado con el presidente Allende un convenio para concluir con las terminaciones.

El edificio es un icono de la arquitectura moderna del Biobío por ser la primera obra de tal magnitud en la Región, y es un Monumento Histórico Nacional de Chile desde el año 2009, aunque se puede ver fácilmente como el paso de los años ha deteriorado el abandonado teatro.


Teatro del Sindicato N°6: "Teatro de los Mineros"

Condiciones de Vida de los Cholloncas

La vida en Lota Alto era extremadamente desigual y polarizada. Por un lado estaban las familias adineradas de médicos o administradoras de las minas, quienes se beneficiaban del sacrificio de los obreros, y que vivían en enormes y lujosas casas y estaban siempre al tanto de la nueva tecnología, llenos de comodidades al tener electricidad, refrigeradores, vajilla de porcelana, muebles de madera tallada, cámaras fotográficas, etc. 

Niños en la mina

Por otro lado estaban las numerosas familias mineras que vivían hacinadas en largas construcciones de pequeñas piezas, llamadas pabellones, los cuales tenían horno, lavadero y baños comunitarios. Cada pieza contaba con su cocina y comedor en el primer piso, y dormitorio en el segundo, sin embargo, ninguna poseía agua o luz. Además, producto de la necesidad de generar mayores ingresos por el alto número de integrantes de cada familia, los niños a partir de los 8 años de edad ya eran aptos para trabajar en la mina, y seguir el camino de su padre, bajo un contrato de niño. Esto generaba una alta deserción escolar, siendo ya, las escuelas muy escasas. 

Pabellones


 
En temas económicos, la condición de las familias mineras tampoco era favorable, debido a que el sistema de fichas no les permitía desligarse la mina, ya que éstas se podían canjear por productos únicamente en la pulpería de la Compañía, por lo que si una familia quería dejar la mina e irse a otra ciudad o dedicarse a otro trabajo, lo haría con fichas sin valor, es decir, sin dinero alguno. De esta forma, la Compañía amarraba a sus trabajadores. Este sistema generaba un gran malestar entre las familias mineras, ya que por un lado la Compañía les pagaba por su trabajo, pero por otro, le arrebataba lo ganado a través del monopolio que los obligaba a comprar a ésta misma sin posibilidad de manejar sus ganancias como quisieran.
La tasa de mortalidad alcanzaba altos niveles, en parte por lo peligroso que era el trabajo en la mina, pero principalmente producto de la falta de atención médica, de enfermedades producidas y potenciadas por la mala higiene como el cólera, o enfermedades de transmisión sexual a causa de la prostitución, y era tal su aislamiento que fueron creando su propia jerga, la cual incluía palabras como bronce (todo agregado al pan), charras (cantimploras de aluminio), chollonca (apodo con que se autodenominaban), entre otras.


Noticia sobre manifestaciones
Frente a tales condiciones, la salud y estabilidad mental de las familias obreras se vió muy debilitada, por lo que vivían en gran descontento y profundo malestar, el cual unido a la fuerte identidad social de éstos, explotó en numerosas manifestaciones y huelgas, contribuyendo al desarrollo del sindicalismo obrero.
En 1854, se llevó a cabo la primera rebelión obrera en Lota, seguida por un nuevo movimiento de protesta de los mineros en 1859. Sin embargo, las Sociedades de Socorros Mutuos se crearon en las primeras décadas del siglo XX, organizándose en 1926 el primer sindicato de trabajadores de Lota y Coronel.

En 1920 se desarrolló una huelga de todos los yacimientos carboníferos del golfo de Arauco que, a pesar de la fuerte represión a la que fue sometida, obligó a la Compañía de Lota y Coronel a considerar algunas de las demandas de los trabajadores mineros y a desarrollar un plan de beneficios sociales. Los sindicatos mineros de Lota y Coronel fueron de los más importantes y combativos del país, manifestándose a causa de sus demandas y llevando a cabo una serie de proyectos a beneficio de la comunidad, como el teatro que sirvió de sede sindical. En 1970, el presidente Salvador Allende estatizó las minas de carbón. En 1979 los mineros protestaron ante los planes de reducción de personal y cierre de algunas minas, manteniendo conflictivas relaciones tanto con el régimen militar como con los gobiernos de la Concertación, quienes cerraron definitivamente los yacimientos mineros.

Condiciones de Trabajo de los Mineros


Cascos utilizados por los mineros
Hablar sobre la vida diaria de un minero del carbón a fines del siglo XIX y comienzos del XX es mencionar sufrimientos, sacrificios, peligros y soledades. Éstos recibían un trato inhumano por parte de sus superiores; estaban en constante riesgo, debido a las inseguras condiciones de trabajo e infraestructuras de las faenas carboníferas; y presentaban un fuerte descontento frente a la arbitrariedad del sistema de pago. 


La sobre exigencia y malas condiciones a las cuales eran sometidos los mineros, fueron unos de los factores de la alta mortalidad de aquellos años. Trabajaban 12 horas seguidas, desde las 07:00 hrs. hasta las 19:00 hrs. era el primer turno, que luego era relevado por el segundo de 19:00 hrs a 07:00 hrs.

Minero trabajando
En sus jornadas, durante las cuales no sabían que estaba ocurriendo en el mundo exterior, no tenían mayor descanso al de la hora de comer, donde era común ver a los mineros tomando te, café o agüita de machitún en sus charras (cantimploras de aluminio) y comiendo pan con bronce (nombre con el que eran conocidos todos los agregados al pan), el cual debía ser compartido con los ratones de la mina, ya que eran ellos los que, huyendo, daban a informar sobre los derrumbes. El espacio físico tampoco acompañaba a los mineros, ya que las minas no contaban con baños; las infraestructuras estaban en constante peligro de derrumbe, principalmente por la presencia de gases explosivos; y los reducidos lugares de trabajo, sumados a las extensas jornadas laborales, provocan severos problemas físicos en los mineros. Además, no hay que olvidar mencionar, que éstos trabajaban a cientos de metros bajo tierra, por lo que la falta de aire y el calor sofocante eran costumbre para los mineros.
Dentro de los artefactos que utilizaban los mineros podemos mencionar: máquinas barrenadoras; llaves; picotas; cascos con lámparas, que funcionaban gracias a una batería cargada eléctricamente; lámparas de aceite; lámparas grisumetricas, que indicaban con cambios de color y dimensión de la llama la presencia del gas grisú; fichas de control de lámparas, que permitían identificar a un minero cuando ingresaba a sus labores; además de distintos sistemas para prevenir riesgos en la mina, como los metanómetros, que medían el nivel de gas metano; los filtros bucales; y los auto-rescatadores metálicos que poseían oxígeno limpio, el cual duraba entre 30 a 45 minutos ante emergencias en la mina.

Pulpería La Quincena

Fichas para la pulpería
Para los mineros su sistema de pago era en fichas, recibían 5 fichas, 3 para alimentos y 2 para ropa, las cuales canjeaban cada 15 días por diversos productos, únicamente en la pulpería de la Compañía. Esto generaba un gran descontento por parte de los mineros, debido a que muchas veces los precios en la pulpería eran mayores que en los mercados, y a que, progresivamente, iba disminuyendo la cantidad de fichas que recibían.

En el ámbito legal, no existía ningún respaldo tanto para los mineros como para los demás trabajadores de Chile, es por eso que, los horarios de las jornadas eran tan extensos, no existían seguros en caso de accidentes o enfermedades, ni medidas generales básicas de prevención y protección, entre otras cosas. El descontento que esto provocaba llevó a los trabajadores a manifestar, a través de huelgas, su deseo de promulgar una legislación social, lo que se va logrando a partir de 1907 en adelante y que benefició a los mineros con el descanso dominical, los días feriados y mejoras en los elementos de protección (vestimenta y calzado).

Sin embargo, las manifestaciones de los mineros y demás trabajadores no se detuvieron ahí, logrando de esta forma en la década de 1920, la promulgación de leyes laborales que resguardarían los derechos y obligaciones de los trabajadores: sobre contrato de trabajo; sobre seguros de enfermedad, invalidez y accidentes del trabajo; sobre los empleados particulares y sobre la organización del sindicato industrial.