martes, 10 de mayo de 2016

Condiciones de Vida de los Cholloncas

La vida en Lota Alto era extremadamente desigual y polarizada. Por un lado estaban las familias adineradas de médicos o administradoras de las minas, quienes se beneficiaban del sacrificio de los obreros, y que vivían en enormes y lujosas casas y estaban siempre al tanto de la nueva tecnología, llenos de comodidades al tener electricidad, refrigeradores, vajilla de porcelana, muebles de madera tallada, cámaras fotográficas, etc. 

Niños en la mina

Por otro lado estaban las numerosas familias mineras que vivían hacinadas en largas construcciones de pequeñas piezas, llamadas pabellones, los cuales tenían horno, lavadero y baños comunitarios. Cada pieza contaba con su cocina y comedor en el primer piso, y dormitorio en el segundo, sin embargo, ninguna poseía agua o luz. Además, producto de la necesidad de generar mayores ingresos por el alto número de integrantes de cada familia, los niños a partir de los 8 años de edad ya eran aptos para trabajar en la mina, y seguir el camino de su padre, bajo un contrato de niño. Esto generaba una alta deserción escolar, siendo ya, las escuelas muy escasas. 

Pabellones


 
En temas económicos, la condición de las familias mineras tampoco era favorable, debido a que el sistema de fichas no les permitía desligarse la mina, ya que éstas se podían canjear por productos únicamente en la pulpería de la Compañía, por lo que si una familia quería dejar la mina e irse a otra ciudad o dedicarse a otro trabajo, lo haría con fichas sin valor, es decir, sin dinero alguno. De esta forma, la Compañía amarraba a sus trabajadores. Este sistema generaba un gran malestar entre las familias mineras, ya que por un lado la Compañía les pagaba por su trabajo, pero por otro, le arrebataba lo ganado a través del monopolio que los obligaba a comprar a ésta misma sin posibilidad de manejar sus ganancias como quisieran.
La tasa de mortalidad alcanzaba altos niveles, en parte por lo peligroso que era el trabajo en la mina, pero principalmente producto de la falta de atención médica, de enfermedades producidas y potenciadas por la mala higiene como el cólera, o enfermedades de transmisión sexual a causa de la prostitución, y era tal su aislamiento que fueron creando su propia jerga, la cual incluía palabras como bronce (todo agregado al pan), charras (cantimploras de aluminio), chollonca (apodo con que se autodenominaban), entre otras.


Noticia sobre manifestaciones
Frente a tales condiciones, la salud y estabilidad mental de las familias obreras se vió muy debilitada, por lo que vivían en gran descontento y profundo malestar, el cual unido a la fuerte identidad social de éstos, explotó en numerosas manifestaciones y huelgas, contribuyendo al desarrollo del sindicalismo obrero.
En 1854, se llevó a cabo la primera rebelión obrera en Lota, seguida por un nuevo movimiento de protesta de los mineros en 1859. Sin embargo, las Sociedades de Socorros Mutuos se crearon en las primeras décadas del siglo XX, organizándose en 1926 el primer sindicato de trabajadores de Lota y Coronel.

En 1920 se desarrolló una huelga de todos los yacimientos carboníferos del golfo de Arauco que, a pesar de la fuerte represión a la que fue sometida, obligó a la Compañía de Lota y Coronel a considerar algunas de las demandas de los trabajadores mineros y a desarrollar un plan de beneficios sociales. Los sindicatos mineros de Lota y Coronel fueron de los más importantes y combativos del país, manifestándose a causa de sus demandas y llevando a cabo una serie de proyectos a beneficio de la comunidad, como el teatro que sirvió de sede sindical. En 1970, el presidente Salvador Allende estatizó las minas de carbón. En 1979 los mineros protestaron ante los planes de reducción de personal y cierre de algunas minas, manteniendo conflictivas relaciones tanto con el régimen militar como con los gobiernos de la Concertación, quienes cerraron definitivamente los yacimientos mineros.

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